Ante todo, para quienes no lo sepan, aclararemos que los cupcakes son unas pequeñas tartas individuales, de forma parecida a las magdalenas y muy esponjosas. Lo que más llama la atención de ellas son sus coberturas, para las cuales se emplean productos que sean vistosos y coloridos, y, además, por supuesto, que les otorguen unos sabores variados y sabrosos.
Por supuesto, a la hora de decorar los cupcakes no hay límites. Las posibilidades son infinitas, y el único límite que pueda haber lo va a poner nuestra propia imaginación.
Una de las maneras de decorar el cupcake es con la crema conocida como buttercream, una cobertura a base de mezclar mantequilla con azúcar glas. De hecho, es de las coberturas que más éxito tienen y de las más usadas. Normalmente se hace usando el doble de azúcar que de mantequilla, aunque esto cada cual debe adaptarlo a su gusto.
Se puede también hacer una cobertura igual a la anterior pero sustituyendo la mantequilla por queso cremoso.
Los glaseados pueden ser tantos como sabores existen, de fresa, de vainilla, de chocolate, de nata, de crema, de limón…
Para que resulten más coloridos, se les puede añadir también una gran cantidad de adornos encima del glaseado, como pueden ser fideos de chocolate o de colores, coco rallado, gominolas de distintos coloridos y formas o un trozo de fruta, entre otras muchas posibilidades.