A la hora de decorar la casa, hemos de tener en cuenta antes de empezar algunas consideraciones, dependiendo de la estancia de que se trate.
En el caso del líving, hemos de tomar en consideración que se trata de un lugar en el que hemos de sentirnos cómodos y relajados. Ha de ser el lugar en el que nos sintamos más a gusto después de nuestra propia habitación, ya que normalmente es el que usaremos para un rato tranquilo después del trabajo o antes de ir a dormir.
Por otra parte, hay una diferencia esencial con nuestra habitación: se trata de un espacio compartido, por lo que deberemos tener en cuenta los intereses de todos.
Lo ideal es que el livng sea amplio y luminoso, intentando, si no lo es, de que por lo menos lo parezca. Para ello procuraremos que le entre la máxima luz posible, y ayudaremos poniendo si podemos cristaleras o utilizando el recurso de poner puntos de luz en zonas muy concretas de la habitación. También intentaremos colocar algún espejo en lugares en los que les dé directamente la luz solar, consiguiendo que se refleje en ellos, lo que agrandará la habitación y dará más luz.
Si nos gustan los colores fuertes y brillantes, es mejor utilizarlos en el sofá, tapicería o complementos, dejando las paredes blancas o claras. El contraste puede ser muy atractivo y no es agobiante como podría serlo con las paredes oscuras.
Dejaremos un rincón para ver la televisión, y, si podemos, otro apto para la lectura o similar. Unas alfombras en el suelo darán gran calidez al lugar, así como las plantas y los adornos hechos con materiales naturales, como el barro o la madera, incluso la piedra.