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Las venas de las piernas se pueden ensanchar, dilatar y convertirse en varices. Las varices provocan una mala circulación, pesadez, calambres e incluso dolores muy fuertes. Además, estéticamente no es muy agradable padecerlas.

Para no llegar al extremo de tener que eliminarlas lo mejor es prevenir, realizando paseos diariamente como mínimo durante una hora o bien tres veces por semana ir a nadar o hacer bicicleta. De este modo activaremos la circulación de la sangre en todo nuestro cuerpo y principalmente en las piernas. Otros trucos que nos pueden ayudar son: realizar duchas de agua fría intercalando con caliente, dormir con las piernas elevadas o tomar una dieta baja en calorías.

Para eliminarlas lo mejor es visitar a un especialista médico, el flebólogo. La visita comenzará con un examen físico especializado en la circulación venosa. Generalmente se realiza un diagnóstico con ultrasonidos doppler o duplex para averiguar en qué grado se encuentran las varices.

Antiguamente se realizaba una operación quirúrgica para eliminarlas que era traumática para el paciente ya que consistía en extraer la vena con la posible consecuencia de dañar las de alrededor y además dejaba unas grandes cicatrices.

Actualmente se realizan técnicas láser endovasculares mucho menos invasivas y traumáticas que permiten al paciente hacer vida normal en uno o dos días y sin que quede ninguna cicatriz. Esta operación es de tipo ambulatorio y se aplica sedación o anestesia local.

El único inconveniente que tiene este método es que no todo paciente con varices es apto para su intervención ya que hay que comprobar que haya reflujo en la vena safena

Por último, hablar de dos métodos mucho menos efectivos que el anterior, la dermoabrasión y la implantación de colágeno. Ambas eliminan visualmente la variz, la primera regenerando la piel hasta llegar a la variz y la segunda inyectando colágeno alrededor de ellas.