Para maquillar los ojos de una persona debemos tener en cuenta muchas cosas: su forma, color, tamaño, posición y expresión. Existen ojos grandes, pequeños, verdes, azules, marrones, juntos, separados, almendrados, redondos, caídos, hundidos, expresivos, etc. Pongamos algunos ejemplos prácticos para saber cómo debemos maquillarlos:
En el caso de los ojos grandes, se recomienda perfilar de un color oscuro la línea de agua del ojo, de esta forma el ojo parecerá más pequeño y además dará protagonismo a nuestro maquillaje pero sin ser extravagante.
En el caso de tener los ojos pequeños, debemos trazar una línea de color oscuro por debajo de la línea del agua y al ras de las pestañas inferiores y otra por encima de las pestañas superiores que una con la primera, de este modo el ojo parecerá mucho más grande ya que hemos cambiado su dibujo.
Si tenemos los ojos verdes y queremos crear un look natural, debemos utilizar colores tierra mezclados con verdes y si queremos realizar un look más festivo podemos utilizar magenta, rosa, lila, naranja, etc.
Para armonizar los ojos caídos es esencial prestarle importancia a la zona del rabillo del ojo, creando una línea en el párpado superior y cercana a las pestañas con lápiz negro o marrón oscuro que vaya desde la mitad, hasta su fin, en dirección hacia la terminación de nuestra ceja, es decir, de modo ascendente. Así conseguiremos elevar el extremo del ojo caído.
Para conseguir que un ojo deje de ser demasiado expresivo, maquillaremos todo el párpado móvil de un color amarronado o gris oscuro. De este modo, simularemos un ojo hundido y no tan expresivo.
Si tenemos los ojos hundidos, querremos conseguir el efecto contrario al anterior, para ello, maquillaremos todo el párpado móvil de un color crema, rosa claro o blanquecino y nuestro ojo expresará luminosidad.