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A la mayoría de personas que tienen niños se han encontrado alguna vez que otra con el problema de que sus bebés tienen hipo y que, por mucho que lo intenten, no se lo pueden quitar, mientras que el pequeño lo está pasando francamente mal.

Uno de los remedios más aconsejables es la de cambiarlo de posición  para que así condiga soltar los gases que le producen el hipo.

Otra opción es coger al bebé y poner su pecho junto a nuestro hombro, dándole poco a poco palmaditas suaves en la espalda, para que así suelte los gases y el hipo cese.

En esta misma posición, también se puede ayudar al bebé a quitarle los gases creándoles una sensación de vaivén suave, que provocará que el bebé eructe y el hipo se acabe.

Darle un poco de agua puede ayudar a quitarle el hipo, así como darle el pecho, que también contribuye a que se le vaya el hipo.

Como vemos, es muy importante que el bebé intente eructar, ya que ello va a ayudar sin duda a quitarle el hipo. Para ello, otro de los métodos es ponerle un poco de miel en el chupete y, a medida que va chupando el mismo, comenzará a eructar y al mismo tiempo a desaparecer el hipo.

Unas gotitas de limón, puestas en el biberón o en el chupete, también es un método altamente eficaz.