La fiebre puede ser consecuencia de resfriados, gripes, infecciones de orina o de garganta, etc. Se puede considerar fiebre a partir de una temperatura de 37 grados en adelante. Para bajar la fiebre hay una serie de medicamentos muy efectivos y específicos para esta dolencia como por ejemplo las aspirinas, el paracetamol, o el ibuprofeno. Estos medicamentos se suelen tomar cada ocho horas, pero siempre hay que consultar al doctor/a o al farmacéutico/a para tener una prescripción personalizada.
Es importante beber una gran cantidad de agua para estar bien hidratado en todo momento. Durante los procesos de fiebre se suele sudar bastante, y hay que procurar no deshidratarse. Además de agua también se pueden beber zumos naturales (mejor si son de naranja por su contenido en vitamina C), y bebidas isotónicas.
Hay una práctica muy antigua y eficaz que ayuda a bajar la fiebre. Consiste en aplicarle al enfermo toallas mojadas en agua fría en la zona de la frente, o debajo de las axilas. También se pueden aplicar bolsas de gel que se guardan en el congelador, que son especiales para estos casos. Aplicar frio ayuda a bajar la temperatura corporal alta. Es muy importante guardar reposo mientras se tenga fiebre.