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Las durezas o callos son zonas de la piel donde se ha producido una acululación de queratina al compactarse numerosas células muertas, debido a un continuo roce de la piel con algún elemento, por ejemplo un zapato demasiado apretado o inadecuado.

Uno de los remedios caseros más utilizados para eliminar los callos es el uso de una piedra de origen volcánico y muy porosa llamada piedra pómez.

Para conseguir una eliminación completa, debemos usarla con movimientos de fricción sobre la zona afectada, al menos tres veces por semana. Para que resulte más efectivo, podemos aplicar un exfoliante para pies a su vez ya que este tipo de producto ayuda a la eliminación de células muertas. Posteriormente, aplicaremos una crema ultra hidratante para evitar que se nos reseque la zona y la cubriremos con un calcetín durante dos horas como mínimo.

Para evitar que vuelvan a salir los callos, podemos seguir una serie de recomendaciones, como usar almohadillas en los zapatos que impidan el roce, tomar productos integrales, no fumar ni beber, comprar zapatos de tacón bajo y más anchos de lo normal y usar crema hidratante en la zona a tratar.

Por supuesto, el especialista que nos puede ayudar en este caso es el podólogo.